
Pero hoy Afganistán no es un peor país solo para las mujeres. También lo es para sus infantes. La desastrosa situación en la que se encuentran los infantes en Afganistán, se debe a los numerosos conflictos activos en las diversas regiones, provocando desplazamientos forzosos, falta de acceso al agua potable, hambruna y violencia sistémica. En este caos en el que muchas familias no pueden subsistir (en 2008, el 36 % de la población estaba por debajo del umbral de la pobreza) los padres venden a sus hijos a cambio de una suma de dinero. Además, en caso de que la familia pierda al marido, será el niño mayor el encargado de sustentarla ya que pasa a ser el cabeza de familia, viéndose obligado a recurrir a dichas prácticas.
Por si esto fuera poco el país está repleto de minas antipersona. El uso extendido e indiscriminado de minas y municiones durante casi 30 años de conflicto ha hecho de Afganistán uno de los países con mayor presencia de minas en el mundo. De media, 40 personas al mes son víctimas de las minas terrestres y de los restos explosivos de guerra. La mayoría de ellas son varones y más de la mitad niños. Aunque la cifra de víctimas está bajando, la pobreza obliga a muchos marginados a ganarse el sustento con la chatarra de los restos explosivos de guerra y a correr riesgos al recoger combustible en zonas minadas. Las minas y los restos explosivos de guerra no sólo pueden causar daños físicos a los afganos, sino que también privan a los agricultores de su medio de vida y dificultan su alojamiento y reasentamiento, así como el pastoreo del ganado.
Pero Afganistán no siempre fue así. Mohammad Qayoumi, creador de la página de esta página de facebook, creció en Kabul en los años 60 y 70 y ha colgado varias fotografías para que la gente tome conciencia sobre lo que ha sucedido en Afganistán. Mohammad escribe en su página:
“Hace medio siglo, las mujeres afganas hacía carreras como medicina; hombres y mujeres se mezclaban casualmente en los cines y los campus universitarios de Kabul; las fábricas de los suburbios producían en serie productos textiles y otros bienes. Había una tradición de ley y orden, y un gobierno capaz de llevar a cabo grandes proyectos nacionales de infraestructura, como la construcción de centrales hidroeléctricas y carreteras, aunque con ayuda externa. La gente común tenía un sentido de esperanza, la creencia de que la educación podría abrir oportunidades para todos, la convicción de que un futuro brillante que le esperaba. Todo lo que ha sido destruida por tres décadas de guerra, pero era real.
Así era Afganistán …”
Mujeres afganas en la década de 1940
Coro afgano
Aeropuerto de Kandahar construido en la década de 1960
Kabul en el año 1960
Pero hoy Afganistán es, sobre todo, un peor país para las mujeres. Conocida es la historia de Malala Yousafzai por su activismo a favor de los derechos civiles, especialmente de los derechos de las mujeres en el valle del río Swat, donde el régimen talibán ha prohibido la asistencia a la escuela de las niñas.
Escaparates de moda en 1960
Fuente:muhimu.es/genero/afganistan-pasado/#